Arte y Espectáculos

El pianista Ciro Rolón y un repertorio “directo a lo más profundo del corazón”

"Era una cuenta pendiente para mí presentarme como solista en el Teatro Colón de Mar del Plata" reconoció el joven músico a LA CAPITAL. Ofrecerá una selección de Shubert, Chopin, Franck y Rachmaninoff.

El joven pianista Ciro Rolón encabezará este jueves 3 de agosto, su primer concierto solista en el Teatro Colón de Mar del Plata, donde ofrecerá una selección de piezas de Schubert, Chopín, Franck y Rachmaninoff, bajo el título “El piano romántico del siglo XIX”.

Ese período musical es especialmente importante para Rolón, dado que “el virtuosismo pianístico del París romántico’ fue el nombre de mi tesis final de graduación de la Licenciatura en Artes Musicales en el Teatro Colón de Buenos Aires, ante una sala colmada, y un jurado excepcional de maestros de la Universidad Nacional de Arte. Espero transmitir ese espíritu romántico de la época a la audiencia” de este jueves, a partir de las 20, en el principal escenario municipal de la ciudad.

Rolón, quien es pianista adjunto de Teatro Colón de Buenos Aires, licenciado en Artes Musicales y concertista, dio su primer recital de piano a los 11 años y actualmente cursa la carrera de dirección orquestal en la UNA. “Me interesa dirigir orquestas y grandes sinfonías” contó el artista. Además, ejerce como docente, porque “fui muy afortunado de haberme cruzado en el camino a grandes maestros y maestras del piano, apasionados. Soy un eterno agradecido por ello y he adquirido las herramientas necesarias para guiar a mis propios alumnos a sus objetivos con paciencia, compromiso y por supuesto, pasión por la música. La pasión es lo más importante” destacó.

Rolón comenzó a interesarse por la música y por el piano en particular “a muy temprana edad. Con 5 o 6 años, en las visitas a mi abuela en Córdoba, mi tía me mostró los primeros rudimentos del piano y quedé con cierta fascinación por el instrumento. Poco después comencé mis estudios formales con una profesora que es una ‘madre musical’ para mí, Liliana Obregón, importante pianista y arregladora de tango de Cipolletti, Río Negro, ciudad donde me crié”.

Desde chico tocó en radio y televisión, a beneficio de instituciones, construyendo una carrera que le permitió, más tarde, ser seleccionado por concurso para ocupar el puesto de pianista adjunto del Teatro Colón de Buenos Aires.

Ahora, Rolón combina sus días en ese rol más estudio, ensayos, clases, conciertos, giras por Argentina, Uruguay, Chile, Europa, concursos y premios.

Rolón tiene gran contacto con Mar del Plata y su actividad cultural desde su niñez. “Año tras año iba a pasar una quincena de verano junto a mi familia y ya como pianista profesional y aún adolescente, comencé a actuar en el Museo Castagnino, en la Villa Victoria Ocampo y el Festival Nacional e Internacional de Pianistas de Mar del Plata. He tomado masterclases junto al maestro Bruno Gelber en su residencia en la ciudad y era costumbre ir a verlo en conciertos en la Catedral cada verano, pero actuar como solista en el Teatro Colón era una cuenta pendiente” sostuvo.

Sobre el concepto de este recital de piano académico, definió que “dentro de la literatura para piano, gran parte de la evolución técnico-musical del instrumento se desarrolló durante el siglo XIX, de la mano de compositores de la era romántica. Chopin, ‘el poeta del piano’, es quizás el máximo representante del piano romántico europeo e indispensable en todo repertorio de un pianista profesional. Sus contemporáneos europeos igualmente exploraron los recursos técnicos del instrumento y ampliaron sus posibilidades expresivas. Como resultado podemos escuchar música que evoca mucha pasión, melancolía, furia, tristeza y contrastantes estados de ánimo, a veces todo al mismo tiempo. Música directo a lo más profundo del corazón”.

Más adelante, Rolón conversó con LA CAPITAL sobre los pianos, teniendo en cuenta que no se trata de un instrumento que los músicos puedan trasladar de ciudad en ciudad para cada concierto.

“Al del teatro Colón de Mar del Plata lo recuerdo de otros conciertos que di junto a otros músicos, pero hace muchos años”.

-¿Cómo es tocar diversos pianos, en cada lugar al que vas?

-Es un tema muy complejo. Como pianista de música académica interpreto casi siempre música en pianos de cola de todos los colores, marcas y tamaños. Por supuesto que todos quisiéramos tocar siempre en pianos “Steinway, Concert Grand, modelo D” como los que uso cuando actúo en el teatro Colón de Buenos Aires o en cualquier auditorio de renombre pero eso no siempre se puede. Al menos no en Argentina. El no conocer el instrumento que vas a tocar o bien conocerlo y que no sea de tu agrado, es una desventaja respecto a otros músicos. Pone a prueba todo nuestro estudio, destreza y preparación. La idea es sortear todos estos obstáculos que el instrumento pueda presentar a través de una objetiva y consciente preparación técnica. Tengo sentimientos encontrados con eso ya que por un lado, me genera cierta incomodidad e incertidumbre pero por el otro, mucha expectativa y hasta adrenalina.

-Hay algún piano emblemático en el que te haya tocado hacer alguna presentación?

-He tenido la posibilidad de tocar en el piano de Manuel de Falla que se exhibe en el Museo de Alta Gracia en Córdoba, donde el compositor se exilió en 1939 por cuestiones políticas. Después no se si famoso, pero he tocado varias veces en el Teatro Colón de Buenos Aires en increíbles pianos que han sido usados en conciertos por Martha Argerich, Nikolai Lugansky, Daniel Baremboim y eso es algo surrealista si uno se pone a pensarlo.

-¿Cómo es tu piano, en el qué más ensayás?

-Te va a sorprender quizás pero no cuento con un piano acústico propio. En Cipolletti tengo mi piano vertical, el que me regalaron mis padres y mi tía. Es un piano alemán restaurado en que el estudié durante más de diez años, quizás los años más importantes de mi formación temprana. Pero luego en Buenos Aires, y con mis constantes mudanzas, viajes y giras de concierto, no he tenido la oportunidad de asentarme en un lugar fijo en donde “sembrar” un hermoso piano de cola. También, tengo muchos proyectos que implican seguir moviéndome y viajando por lo que creo pasará un tiempo hasta el tan anhelado piano de cola.

Por suerte, al ser pianista del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón tengo acceso a muchas salas y pianos para estudiar y ensayar todo el día. Además en el Conservatorio Nacional, me permiten acceder a horas de ensayo en sus instalaciones y numerosos pianos de cola. Por lo pronto cuento con dos pianos digitales muy buenos que además de ser fáciles de trasladar, me permiten ensayar hasta altas horas de la noche con bajo volumen, que es lo que suelo hacer, ya que a veces termino de estudiar a las 3 o 4 de la madrugada (y no, nunca he tenido problemas con los vecinos, todo lo contrario les encanta escucharme – risas).

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